Una historia transformadora sobre la locura, la pobreza y el amor.
Algunas veces en la vida nos encontramos con libros excepcionales. Libros que se nos van imponiendo lentamente, que nos envuelven con su magia y se instalan en nuestro corazón para no irse más.
Así es la historia que nos cuenta Jeannete Walls, una exitosa periodista que durante muchos años ocultó un gran secreto, el de su familia. Una familia al mismo tiempo disfuncional y tremendamente viva, vibrante. El padre, Rex, es un hombre carísmatico y entusiasta, que logra transmitir a sus hijos la pasión por vivir. Les enseña física, geología, les cuenta historias. Pero Rex es alcohólico, y cuando está ebrio se convierte en una persona destructiva y desconfiante. La madre es un espíritu libre, una pintora orgullosa de su arte que aborrece la idea de una vida convencional y que no está dispuesta a asumir la responsabilidad de sus cuatro hijos.
Los Walls son una familia errante. Viven aquí y allá y sobreviven como pueden. Los niños aprender a cuidar de sí mismos, se protegen unos a otros, y finalmente consiguen salir del círculo infernal en que se convierte la familia para marcharse a Nueva York. En el camino quedan noches donde duermen al aire libre en el desierto, pueblos donde van durante una semana a la escuela, vecinos que los ayudan y abusos de todo tipo.
El Castillo de Cristal es la historia conmovedora de una familia que ama y que también abandona.
Si la vida escribiese una novela, sería "El Castillo de Cristal"
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